En México, la reforma energética fue aprobada en 2014 en letras chiquitas; esta aprobación significó la bienvenida a una técnica para extraer hidrocarburos que requiere de grandes cantidades de agua a presión combinada con elementos tóxicos. Pese a que generó polémica, la reforma se aprobó con el argumento de que el fracking no implica riesgos evidentes ni comprobados para la salud ni para el medio ambiente. En un estudio realizado por investigadores del Earth and Environmental Institute de la Universidad del estado de Pensilvania, se prueba por primera vez de manera fehaciente y sin lugar a dudas que esta técnica de fracturación hidráulica es directamente responsable de la contaminación de los mantos freáticos. Los científicos analizaron muestras de agua provenientes de los grifos de casas limítrofes al campo de extracción de gas más importante del mundo: Marcellus, en Pensilvania. Combinando técnicas de espectrometría de masas y cromatografía de gases los investigadores pudieron separar mezclas y determinar cada componente, logrando así enfocarse no en un producto específico sino en los distintos contaminantes presentes en concentraciones infinitesimales, que por esta razón no se habían podido detectar hasta ahora. En dichos análisis se encontró un compuesto químico, el 2-BE, y un coctel de contaminantes orgánicos: moléculas químicas que venían de la fracturación hidráulica o de los aditivos utilizados durante la perforación. Como señala Susan Brantley, profesora de geociencias y directora del Earth and Environmental Institute, este estudio es a la vez muy pertinente e inquietante ya que «logró demostrar que los productos químicos viajan más de dos kilómetros, vía las capas geológicas, para llegar a los pozos de agua potable».
La contaminación de los acuíferos profundos debida a la explotación de gas nunca había sido probada y resulta muy importante para México en el contexto de la reforma energética, ya que existe una urgente regularización de sus técnicas. En México, el sistema de fracking ya es utilizado en estados como Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, regiones particularmente sensibles por los problemas de escasez de agua que sufren.
Fuente: http://www.pnas.org/content/early/2015/05/01/1420279112.abstract
Imagen: http://www.sciencesetavenir.fr/decryptage/20140203.OBS4817/gaz-de-schiste-y-a-t-il-une-fracturation-propre.html