Los teléfonos inteligentes podrían servir para detectar y prever terremotos de magnitud superior a siete en la escala de Richter. Esa fue la conclusión a la que llegaron investigadores de distintos institutos de geología de los Estados Unidos. Los terremotos se pueden detectar mediante un sistema llamado Earthquake Early Warning (EEW) que se encarga de localizar los movimientos sísmicos, calcular la magnitud y alertar a la población. Sin embargo, este sistema requiere de una renovación de los instrumentos de detección antiguos y por tanto de una fuerte inversión de capital. Un equipo de geólogos, encabezado por Sarah Minson, descubrió que los smartphones poseen lo que se podría considerar una versión barata de EEW, unos sensores GPS que logran detectar un movimiento telúrico. Con el fin de aumentar su sensibilidad se planea desarrollar una tecnología mediante satélites llamada SBAS (Sistema de Aumento Basado en Satélites por sus siglas en inglés) que permite amplificar la señal. De esta manera se podría lograr implantar una red importante de sensores sin necesidad de invertir en costosos materiales. Gracias a esta alimentación ciudadana, los datos serían enviados a un servicio central que permitiría alertar sobre la inminencia de un terremoto a los centros de población.
Esta noticia resulta muy esperanzadora ya que la demanda de smartphones crece considerablemente, hay la previsión de que ésta aumente 2,000 millones de teléfonos de aquí al final del año. Para países en desarrollo como México, donde los terremotos son frecuentes, esta valiosa alternativa podría permitir ampliar y mejorar la cobertura del riesgo sísmico a costos menores.
Especialista en Medio Ambiente y Conservación
Andrea Bizberg 