De las cerca de 45,000 especies de arañas que existen en el mundo, muchas de ellas utilizan veneno para matar a sus presas. Sin embargo, un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, arrojó una nueva luz en torno a otras propiedades inexploradas del veneno. El equipo logró demostrar que de 205 venenos de arañas estudiados, el 40% contiene un producto que bloquea los canales iónicos conocidos como Nav1.7 de las membranas celulares del ser humano. Al percibir dolor, los canales se abren y dejan pasar iones de sodio que transmiten mensajes por medio de nervios especializados: nociceptores, también llamados receptores del dolor. Esta información es transmitida a la médula espinal, el primer relevo de los mensajes nerviosos y luego al cerebro. En ese momento hacemos consciencia del dolor.
En el veneno de tarántula Haplopelma doriae se encontró una familia de compuestos que podría cumplir con la función de bloqueo de canales, que podrían ser utilizados en el futuro como analgésicos. El Dr. Julie Klaae Klint, autor del estudio afirma: «Según una estimación, hay nueve millones de componentes que provienen del veneno de araña y hasta ahora, sólo un 0.01% de ese horizonte farmacológico ha sido explorado». La araña podría convertirse en el futuro, en una fuente natural de nuevos medicamentos.
Fuente: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/bph.13081/epdf
Imagen: http://www.sciencesetavenir.fr/animaux/20150303.OBS3778/decouverte-de-deux-nouvelles-araignees-paons.html
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