Desde hace 2 millones de años los panda gigantes consumen durante 14 horas al día, hasta 12.5 kilos de bambú. Este régimen alimenticio que los tiene al borde de la extinción, debida a la deforestación de los bosques de bambú, es anormal ya que su sistema digestivo, sorprendentemente, no está hecho para digerir la celulosa presente en estos vegetales, pues poseen un intestino característico de los carnívoros. Investigadores de la Universidad de Shanghai JiaoTong y de otras universidades orientales, llegaron a estas conclusiones después de estudiar la microbiota presente en las heces de 45 pandas en diferentes épocas del año. Descubrieron que la estructura de los microorganismos de su intestino era muy diferente a la de los herbívoros, y que se parecía más a la de los carnívoros y osos omnívoros. Además, la microbiota variaba drásticamente según la temporada, probablemente en función de las partes del bambú consumidas. Se observó también una muy baja diversidad de microorganismos intestinales, lo que en teoría los incapacitaría para adaptarse a un ecosistema cambiante y les dificultaría adoptar otro tipo de alimentación, lo cual implica aún más riesgo para su supervivencia. Todavía quedan muchas incógnitas por levantar en cuanto a la microbiota del panda, empezando sobre porque las bacterias responsables de la degradación de la carne han sobrevivido tantos millones de años sin utilidad aparente.
Fuente: http://mbio.asm.org/content/6/3/e00022-15.full
Imagen: http://edition.cnn.com/2014/08/27/world/asia/china-panda-pregnancy/