Investigadores del Instituto Tecnológico de Estocolmo y de la Universidad de Stanford, en California, desarrollaron una técnica de tratamiento de la celulosa que permite fabricar baterías muy potentes y flexibles parecidas a esponjas. Machacaron y congelaron fibras de celulosa provenientes de células del tronco de los árboles para posteriormente sacar un conglomerado de celulosa inerte. Las propiedades eléctricas de la pila se obtuvieron gracias a tintas conductoras que se agregan al conglomerado para que éste las absorba en capas; cada tinta al secarse forma una capa de carga opuesta a la anterior. Se vierten con las tintas cationes de polietileno (PEI) de carga positiva sobre aniones de ácido carboxílico (COOH de carga negativa, y así se logra crear una corriente.
La técnica de capas y el conglomerado permitieron obtener una estructura que ofrece grandes ventajas, pues permite integrarla a objetos de formas muy variadas; tiene además grandes capacidades de compresión y almacenamiento de energía. Estas baterías son muy resistentes y potentes, tienen un gran futuro y podrían llegar a ser parte de los próximos automóviles, o de la ropa, para poder recargar distintos dispositivos electrónicos conectados.
Fuente: http://www.nature.com/ncomms/2015/150529/ncomms8259/full/ncomms8259.html#affil-auth