Las flores del mal

En la última década se ha visto un declive alarmante de las poblaciones de abejas en todo el mundo. Este mal misterioso fue achacado sucesivamente al cambio climático, a la avispa asiática, a diferentes parásitos, a enfermedades, a insecticidas e inclusive a plantas transgénicas. Para su supervivencia y por extensión la nuestra, ya que nuestros cultivos y alimentación dependen fuertemente de la polinización realizada por las abejas, son vitales los estudios para investigar las causas de esta hecatombe moderna.Un nuevo y sorprendente culpable ha sido encontrado: las flores. El estudio llevado a cabo por investigadores ingleses de la Universidad de Sussex y de Leeds en Inglaterra, demostró que las flores, al mismo tiempo que son alimento de un gran número de polinizadores, también son un nido de parásitos y por tantoun vector de contaminación.
Los investigadores pusieron en contacto por un lapso de tres horas, abejas portadoras de los parásitos Nosema apis y N. ceranaey abejorros portadores de Apicystis bombi, Crithidia bombi y Nosema bombi con flores sanas de distintas especies. Después de ese tiempo, retiraron los polinizadores infectados e introdujeron en su lugar abejas y abejorros sanos. Los investigadores observaron que los excrementos depositados por los polinizadores infectados, habían contaminadouna gran cantidad de flores y que éstas al alimentar a los insectos sanos también les transmitían los parásitos, lo que puede ocasionar  que se difundan por toda la colmena y que colapse toda la población. Más preocupante aún: si bien los diferentes polinizadores no son sensibles a los mismos parásitos, el experimento demostró que algunos de estos parásitos son capaces de sobrevivir en el intestino de los polinizadores y de continuar activos en los excrementos. Así quedó demostrado que incluso en un lapso muy corto, la difusión de parásitos en las poblaciones sanas vía las flores es muy alta. La pregunta que ahora resulta urgente responder es ¿cómo evitar esta transmisión floral? Se han hecho pocos estudios en este campo; uno realizado por la Universidad de California, mostró que las abejas que se alimentan con polen proveniente de más de cinco especies de plantas, son más resistentes a las enfermedades. Por otro lado, el hecho de que existan más campos de flores disminuye considerablemente el riesgo de contraer infecciones.
Para buscar respuestas a este nuevo problema se necesita avanzar más en la ruta de la epidemiología y explorar la manera en que los parásitos polinizadores se transmiten.

Fuente: http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/282/1813/20151371.full

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