Un nido de gusanos «hechos en casa»… y para consumo propio

Ésta es la loca apuesta de dos inventoras austriacas, que al lograr recolectar 145,000 dólares gracias a la plataforma de financiamiento Kickstarter, empezarán a comercializar en noviembre del 2016 este panal de gusanos de la harina, Tenebrio molitor. La idea surgió tras la alarmante constatación de la Organización Mundial para la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) de que en 2050 la producción de carne tendrá que aumentar un 50% para satisfacer las más de 9 mil millones de bocas hambrientas que seremos en ese momento. Tomando en cuenta que para producir un solo kilo de carne de res se necesitan 10 kilos de alimento y 13,000 litros de agua, las cifras se vuelven rápidamente insostenibles. La solución podría encontrarse en los insectos que son una fuente importante de proteínas y hoy en día son consumidos por 2 mil millones de humanos especialmente en Asia, África y Sudamérica y en nuestro país donde se comen gusanos, escorpiones, hormigas, escarabajos y chapulines. Estos alimentos son promocionados por la FAO por su alta calidad nutricional y por su bajo impacto ecológico. Y hoy este nuevo régimen alimenticio pasa a otra dimensión con la llegada de la producción casera -almas sensibles, abstenerse-.

La estructura del criadero se asemeja a una serie de bandejas apiladas unas sobre otras. En el compartimiento más alto se gesta la vida de los insectos que de huevos se transformarán en larvas. A medida que el tiempo pasa maduran y descienden los pisos que conforman este pequeño edificio, su ecosistema, hasta alcanzar el temible tamaño de 3 cm, momento en el que caen al último compartimiento y que marca el final de su corta -pero feliz- vida, momento en el que serán recolectados, congelados y eventualmente acabarán en nuestros estómagos, lo que significará un importante paso hacia nuestra nueva vida entomófagica.

El criadero cuenta con sistemas de ventilación y filtros para evitar los olores, además de sensores que permiten instaurar un microclima ideal para el crecimiento saludable de los insectos. Estos últimos son alimentados con desechos orgánicos de la cocina como restos de frutas, verduras y cáscaras, por lo que ayudarán a reducir la cantidad de basura que generamos. Estos múltiples beneficios tienen sin embargo que enfrentar un gran obstáculo: el desagrado cultural que produce esa masa viviente de regordetes gusanos.

Tal vez saber que al año consumimos el equivalente a medio kilo de insectos presentes en chocolates, jugos y otros alimentos ayude a superar el trauma. ¿Nos vemos dentro de unos años en torno a un festín de hamburguesas, salsas, ensaladas y pasteles de gusanos?

Fuente: http://www.livinfarms.com

Imagen: https://ksr-ugc.imgix.net/assets/005/094/622/056fb5cdf930cc097bca85229786d3dc_original.jpg?v=1450462737&w=680&fit=max&auto=format&q=92&s=00ab69c4cb118e10acfb170e4a0cd31d

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