En el mundo real de Nemo y Dory no hay final feliz

FINDING NEMOEn los últimos años hemos sido testigos de un interés creciente en la cinematografía en tratar temas sobre conservación y medio ambiente. El éxito de «Buscando a Nemo» fue tan memorable que la secuela «Buscando a Dory» ya está en puerta. Si bien podríamos aplaudir la inclusión de estos temas, la realidad nos pega de frente al ver un reporte de investigación publicado el pasado 16 de junio, a un día de la salida de la película de nuestra célebre Dory amnésica. Esta investigación liderada por el biólogo estadounidense Craig Downs y realizada en colaboración con el Haereticus Environmental Laboratory (HEL) y la ONG «For the fishes» («Por los peces»), nos muestra una cruel realidad: desde el éxito arrasador de Nemo en 2003, más que crear conciencia, parecería que las sociedades quisieron repetir la trama de la película y tener su propio héroe en casa: se vendieron un millón de peces payaso arrancados en su gran mayoría de su entorno natural. 
Estos «Nemos» llegaron a las peceras por medio de prácticas ilegales pero desgraciadamente muy comunes; la captura se realizó con cianuro, veneno utilizado para confundir y hacer más lentos a los peces. Además, esta sustancia es considerada por los científicos un arma de destrucción masiva: provoca estragos en los arrecifes pues mata los corales y debilita a peces y  a otros animales que forman parte de la comunidad arrecifal. También es un peligro para los propios peces payaso, que en su mayoría mueren intoxicados a las tres semanas, una vez «a salvo» en sus nuevos hogares.
Según el reporte, cada año hay decenas de millones de peces expuestos a este «modus operandi» y más del 50% de los peces comprados en Estados Unidos presentan rastros de exposición al cianuro. El famoso pez amnésico, o cirujano azul, Dory en la película, es de los que presentan las concentraciones más elevadas. En promedio, junto con los 6 millones de peces tropicales marinos que se importan cada año a Estados Unidos y que han estado expuestos al cianuro, mueren envenenados en el transcurso del viaje unos 14 millones más.
Se proyecta un estudio similar en 2017 en Europa, el cual llegará muy probablemente a conclusiones similares pues los mismos pescadores de Indonesia y Filipinas proveen también a la Unión Europea, China y Japón, los consumidores más voraces de peces y corales ornamentales.
Con la nueva película de Dory se espera un efecto masivo que podría incrementar la demanda de estos peces. Sin embargo, contrariamente a los peces payaso, que tras la demanda que vació varias poblaciones silvestres, se empezaron a criar en cautiverio, los cirujanos azules no responden positivamente al cautiverio. Esto significa que cada Dory que consigan en el mercado será capturada de poblaciones silvestres. Así que antes de querer encontrar y quedarse con su Dory, recuerden las prácticas destructivas con las que son capturados nuestros héroes de Disney y Pixar.

Fuente: http://www.forthefishes.org
http://www.haereticus-lab.org
http://www.biologicaldiversity.org/campaigns/reef_fish_in_peril/pdfs/Poisoned_waters.pdf

Imagen: http://referentiel.nouvelobs.com/file/15261479.jpg

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