Hace unos 60 millones de años, tras la extinción de los dinosaurios, las hormigas abandonaron su modo de vida nómada y de cazadoras recolectoras por uno agrícola; los humanos descubrieron la agricultura hace apenas10,000 años.Un grupo de investigadores internacionales de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, de la Universidad Rochester, en Nueva York, y de la Academia China de Ciencias, entre otras, reconstruyó la historia de la práctica de la agricultura en las hormigas, que se inició mucho antes de lo que se pensaba y que dio origen a las complejas sociedades que conocemos hoy en día, las únicas que junto a las termitas y los humanos producen alimentos industrialmente, es decir, a escala masiva.
La primera «tribu» de hormigas que cultivó hongos fue la especie Atta. Mientras nosotros realizamos cultivos que requieren energía solar para vivir, las hormigas los escondieron en profundos jardines subterráneos y utilizaron la energía de la descomposición de la madera. Así lograron ir domesticando diversas especies de hongos que les proporcionaron las proteínas, lípidos y carbohidratos necesarios para el desarrollo de colonias de millones de individuos.
Pero esto no se hizo de la noche a la mañana, en un principio las hormigas agricultoras eran metabólicamente menos eficientes que aquellas con dietas tradicionales. Lo mismo sucedió con los humanos agricultores, quienes eran más débiles y de menor estatura que los cazadores. Para lograr adaptarse y sacarle provecho a este nuevo modo de vida sedentario, el genoma de las hormigas sufrió cambios drásticos que las convirtieron en herbívoras funcionales con enzimas capaces de digerir mejor los hongos.
Contrariamente al logro de la agricultura humana que consistió en diversificar los cultivos, el de las hormigas consistió en limitarse a un solo reino, el de los hongos. Estos últimos, al estar completamente aislados de las poblaciones silvestres en las colonias, tuvieron que evolucionar también con las hormigas. Y el cambio decisivo en ellos se originó con la introducción de un nuevo alimento: hojas verdes en lugar de madera, que les hicieron ir perdiendo la capacidad de digerir la lignina, una molécula presente en la madera. Al estar genéticamente aislados de las otras poblaciones silvestres, los hongos fueron incapaces de intercambiar genes entre sí y perdieron para siempre esta capacidad: habían sido completamente domesticados, eran alimento exclusivo de las hormigas, y peor aún, dependían de ellas para seguir viviendo.
El resultado final fue la obtención de alimentos resistentes a las enfermedades, pestes y sequías que las hormigas podían producir a escala industrial.
¿Les suena familiar?
Fuente: http://www.nature.com/ncomms/2016/160720/ncomms12233/full/ncomms12233.html#affil-auth
Para saber más sobre la agricultura hormiga puedes consultar: http://www.cienciorama.unam.mx/#!titulo/411/?la-agricultura–un-invento-humano