Los tornados de fuego son poderosos, incontrolables y destructores. Se forman cuando se reúnen dosis perfectas de viento y fuego, y usualmente causan muchos desastres. Huahua Xiao, Michael Gollner y Elaine Oran, especialistas en protección contra incendios de la Universidad de Maryland, buscan entender el fenómeno para lograr controlarlo y en lugar de apagar tornados de fuego iniciarlos en una superficie de agua por la presencia de una capa de combustible como en el caso de los derrames de petróleo en el océano. De concretarse esta idea, posibilitaría limpiar las mareas negras en los océanos, ya que el tornado utilizaría y quemaría por completo el petróleo vertido para mantenerse, y se apagaría solo al no haber más combustible.
Los tornados que generalmente aparecen en los grandes incendios forestales son amarillos; este color delata la combustión de partículas de hollín que se forman cuando no hay suficiente oxígeno para realizar una combustión completa. Estos tornados no son una alternativa para limpiar los océanos, ya que producen muchas emisiones y residuos. Sin embargo, al hacer experimentos en laboratorio los científicos descubrieron este nuevo torbellino azul con una combustión completa debida al oxígeno suficiente y con particularidades muy interesantes: sin combustión de hollín, casi sin emisiones y por lo tanto mucho menos contaminante.
El dispositivo experimental consistió en una cacerola de acero inoxidable llena de agua donde se vertió combustible. De cada lado del recipiente se suspendieron dos tubos que crearon las corrientes de aire necesarias para la formación de un torbellino. Al encenderse la superficie de agua con un encendedor, la flama sufrió tres estados que se pueden apreciar en la foto. Primero se formó una alberca de fuego difusa e inestable que abarcó toda la superficie con combustible; acto seguido se llegó a un torbellino amarillo, turbulento que poco a poco se fue achicando para transformarse en uno azul, mucho más pequeño y estable que se logró mantener durante ocho minutos.
Los científicos especulan que en condiciones naturales sería posible mantener el torbellino azul mucho más tiempo con cantidades mayores de combustible. El descubrimiento de esta flama abre caminos insospechados y podría ser una solución a las mareas negras. No obstante hace surgir muchas preguntas como la razón por la que nunca se habían visto torbellinos azules antes ni en la naturaleza ni en el laboratorio, qué procesos físicos y químicos controlan realmente la flama azul y sobre todo si tendremos algún día la capacidad de controlar los torbellinos azules en superficies extensas.
Fuente e imagen: http://www.pnas.org/content/early/2016/08/03/1605860113.full.pdf