Moloch horridus, el impresionante diablo espinoso, se despierta temprano en la árida zona central de Australia en busca de agua. Parece una tarea difícil, pues no ha llovido en semanas y se encuentra en pleno desierto. Sin embargo, el animal inmóvil sacia su sed sin ningún esfuerzo… Investigadores de la Universidad del Oeste de Australia y de la Universidad de Linzen en Austria, descubrieron cómo: su extraordinaria piel. Entre sus intimidantes picos hay sistemas microscópicos de capilares epidérmicos que se reúnen en la parte trasera de la boca y permiten absorber la humedad directamente de la reseca arena, transportarla por el cuerpo y llevarla a la sedienta boca. Lo único necesario es que no mueva un músculo y que se halle en el lugar indicado en el momento correcto –por ejemplo a temprana hora cuando la arena ha sido humedecida por la bruma–.
Este sistema de acción capilar permite que gotas de agua microscópicas fluyan a través de los capilares mediante un mecanismo semejante al que utilizan las plantas para transportar el agua de la tierra a las hojas.
En un primer experimento los diablos espinosos fueron puestos en charcos superficiales. Absorbían el agua a través de los capilares y cuando éstos se saturaban el líquido lograba llegar a sus bocas y empezaban a beber. Sin embargo se calculó que una vez puestos en su hábitat natural, inmóviles en la arena, incluso en la arena más húmeda, sólo se saturaba el 60% de sus capilares; y esto no permitió que el agua llegara a su boca y empezaran a beber. Los científicos se preguntaron entonces de dónde sacaban el 40% adicional. Un comportamiento extraño de los diablos dio respuesta a sus dudas: los animales se acostaron, se frotaron la panza contra la arena y empezaron a cubrirse de arena. Esta eficaz estrategia les permite absorber el agua restante para saturar los capilares y saciar su sed.
Como el diablo espinoso, muchas especies que se enfrentan a las inhóspitas tierras desérticas han desarrollado adaptaciones para sobrevivir y convertir el desierto en un verdadero oasis.
Fuente: http://jeb.biologists.org/content/219/21/3473
Imagen: Jurgen Otto