El ajolote, endémico de Xochimilco, es un anfibio frágil, tanto que si los peces pequeños y lombrices, que constituyen su comida llegan a ser demasiado abundantes empiezan a comérselo antes de que él los ataque a ellos… En estas condiciones resulta difícil imaginarse cómo puede sobrevivir, sin embargo sí lo logra gracias a su extraordinaria capacidad de regeneración: puede formar una nueva cola, patas y branquias y hasta tejidos cardíacos, hepáticos y neuronales.
Investigadores de la Northeastern University, en Estados Unidos, estudian los secretos detrás de esta sorprendente regeneración para ver la posibilidad de utilizarla en medicina humana regenerativa. No se dejen llevar por la euforia, no están pensando en la regeneración de un brazo sino de algo más viable, de los ovarios para revertir la infertilidad de las mujeres.
Antes de esta investigación se ignoraba que los órganos sexuales del ajolote se podían regenerar, pero el grupo de científicos constató que el ajolote hembra es capaz de producir óvulos fértiles toda su vida y decidieron estudiar el fenómeno. Para ello seccionaron y extrajeron una porción importante de los ovarios y observaron como respuesta la activación de las células madre que los rodeaban. Dicha actividad se debió a la comunicación que se estableció entre los ovarios dañados y genes que controlan las células madre –aún se ignora cómo se lleva a cabo este proceso, si son señales químicas o eléctricas o de otro tipo–, que permitieron que éstas se diferenciaran en nuevos ovarios funcionales que reemplazaron los dañados.
Los científicos lograron identificar que los genes implicados en la diferenciación de los ovarios en los ajolotes, eran los mismos que se encuentran en las células madre del aparato reproductor de la mujer. Por ello piensan que si logran identificar las señales biológicas que reciben los genes e inducen la diferenciación, sería posible reproducir el experimento en animales como los ratones. ¿Pero esto será reproducible en humanos?
Hay que tener en cuenta que mientras los ajolotes están dotados de un proceso eficaz de regeneración ante efectos traumáticos, nosotros tenemos en cambio un sistema de cicatrización. ¿Podría un mismo individuo poseer a la vez capacidad de cicatrización y regeneración o son dos procesos evolutivos diferentes y al estimularse la regeneración en los ovarios de las mujeres se correría el riesgo de inhibir la de cicatrización en esa misma zona?
Estas preguntas por el momento no tienen respuesta, sólo el tiempo y las siguientes investigaciones lo dirán… si Trump mantiene los presupuestos para ellas y si el ajolote, una especie endémica de México, no se extingue antes. En efecto, el ajolote está amenazado por la contaminación y por su pesca para hacer remedios caseros que supuestamente curan enfermedades de la piel, pero hacen peligrar la verdadera esperanza de descubrir algún día el secreto de su regeneración.
Fuente: http://onlinelibrary.wiley.com/wol1/doi/10.1002/stem.2504/full
Imagen: David https://www.flickr.com/photos/heartindustry/