Las ranas descubren por centésimas de segundo una de sus armas más letales: una larga y elástica lengua capaz de capturar todo lo que haya a su alrededor: insectos, ratones y hasta pájaros. La rapidez con la que algunas ranas despliegan su lengua nos deja perplejos ¿pero cómo atrapa a sus presas? Aunque la velocidad es impactante, impresiona también la capacidad de su aparato bucal de mantener adheridas a las presas y sobre todo de despegarlas después para deglutirlas.
Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia, en Estados Unidos, acaba de revelar las sorprendentes características de esta lengua y lo compleja que es esta «caza moscas». Para atrapar a sus presas la rana tiene que realizar verdaderas proezas de velocidad. Para fines del experimento, los científicos utilizaron seis especies de ranas y dos especies de sapos. Tras filmar con una cámara de alta velocidad a los anfibios cazando, encontraron que el ataque dura siete centésimas de segundo, es decir que la lengua es cinco veces más rápida que un parpadeo. No se tiene conocimiento de ningún material que sea capaz de adherirse a tal velocidad a una superficie y mucho menos adaptarse a las variaciones de los cuerpos de un insecto. Lo más probable en estas circunstancias sería que en vez de que el insecto quede pegado, salga volando como pelota de tenis… Pero como bien sabemos, esto no sucede y he aquí el porqué.
Al analizar los videos y estudiar las características físicas de la saliva y la lengua de los anfibios, los científicos llegaron a conclusiones bastante impactantes; que la elasticidad de la lengua, 10 veces más flexible que la lengua humana, tiene un papel importante en el ataque y que la saliva se comporta como un fluido no newtoniano.
Empecemos porla textura de la lengua. Es tan elástica que en elmomento de golpear al insecto, absorbe el golpe, se deforma y envuelve a su presa. Y a esto se suma el comportamiento de fluido no newtoniano de la saliva, es decir, que a diferencia del agua, que siempre conserva la misma viscosidad, la saliva de rana cambia de textura según la presión que se ejerce sobre ella. Esto ocurre también con la mezcla de maicena y agua, en reposo es líquida pero en cuanto se golpea se vuelve dura. La saliva de las ranas es extremadamente viscosa cuando está en reposo y se vuelve líquida cuando se ejercen presiones sobre ella.
Si analizamos el ataque de la lengua paso por paso podemos entender cómo funciona: en un primer tiempo, durante el choque de la lengua con el insecto se produce una presión que vuelve líquida la saliva; la lengua envuelve a la presa y aumenta la superficie de contacto, lo que permite que en un segundo tiempo, la saliva que ya se encuentra nuevamente en reposo se endurezca alrededor del cuerpo de la presa. Así, al regresar al interior de la boca la presa está completamente adherida a esta sustancia extremadamente viscosa. La pregunta del siglo es ¿cómo despegamos ahora a la pobre presa?
La respuesta está en los ojos del animal. Resulta que la parte trasera de los globos oculares están directamente sobre la cavidad oral. Así, basta con que retracte sus ojos, ejerza la presión necesaria sobre la lengua y ¡listo!la saliva se vuelve líquida, la presa es liberada y en un dos por tres es tragada.
¿Será el futuro pegamento ultra adhesivo pero reversible?
Fuente e imagen: http://rsif.royalsocietypublishing.org/content/14/127/20160764
Si quieres saber más sobre el fenómeno de viscosidad consulta el artículo de Cienciorama: Líquidos gruesos y delgados