Hormigas vs resistencia a antibióticos

Parece que todos los caminos me conducen a las hormigas. Esta es la octava nota que escribo sobre ellas. En este caso llamó mi atención una especie africana, las Tetraponer apenzigi, que se lleva mi más sincera admiración. Y no lo digo únicamente por el hecho de que esta imponente especie, que coloniza las acacias espinosas de los bosques de Kenia, es capaz de hacer huir hasta a los elefantes, sino porque en ellas podría encontrarse un remedio a la resistencia a los antibióticos. Ésta fue una de las conclusiones a las que llegó un grupo de científicos de la Universidad East Anglia y del Centro John Innes de Inglaterra.
¿Por qué es relevante este descubrimiento? Porque más de la mitad de los antibióticos que utilizamos hoy en día provienen de un grupo de bacterias llamadas actinomicetos que se descubrieron hace cerca de 80 años. Con este hallazgo dió inicio la edad de oro de los antibióticos, que en realidad fue muy corta, pues como consecuencia su uso excesivo abrió paso a una peligrosa realidad: la creciente resistencia de las bacterias a ellos. Éste es un problema de grandes proporciones que se teme se convierta en2050 en el responsable de la muerte de una persona cada tres segundos según un gran estudio británico realizado en 2016.
No obstante, se ha descubierto que las hormigas africanas Tetraponer apenzigi podrían ser la fuente de una nueva generación de potentes antibióticos. Al analizar los hongos que cultivan estos insectos para alimentarse, los investigadores ingleses encontraron una serie de metabolitos secundarios a los que llamaron formicamicinas que funcionan como antibióticos para una serie de bacterias que pueden ser mortales para el ser humano. Por ejemplo, demostraron ser muy eficaces para luchar contra el temido estafilococo dorado que es resistente a la meticilina y contra el enteroccocus faecium, resistente a la vancomicina, bacteria que puede llegar a causar infecciones mortales. La mortandad de un paciente infectado por un estafilococo resistente aumenta un 64% en comparación con el de las personas infectadas por un estafilococo no resistente. Los investigadores realizaron pruebas durante 20 generaciones de bacterias y el resultado fue inapelable: no se registró resistencia alguna cuando se usaron las formicamicinas.
Esto es una prueba más de que en la vida hay que ser curiosos, husmear en lugares hasta el momento inexplorados… que bien pueden esconder una nueva generación de antibióticos ultra poderosos. Queda por ver cuánto tiempo tardarán en aprobar todos los protocolos de investigación y sanitarios correspondientes para lanzarlos al mercado.

@andreabizberg

Fuente: http://pubs.rsc.org/en/content/articlepdf/2017/sc/c6sc04265a
Imagen: https://www.sciencesetavenir.fr/assets/img/2017/02/20/cover-r4x3w1000-58ab101f5c9d4-1280px-MCZ_ENT_Tetraponera_penzigi_hal.jpg 

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